¿Qué haces en APANATE?

Soy la gerente de la entidad. Mi puesto implica promover la misión, visión y valores para que las personas con TEA y sus familias mejoren su calidad de vida. Me ocupo de tener una vista general para que podamos llevar a cabo con calidad todos los servicios. Siempre estoy atenta de cómo se desarrollan los programas, desde la edad temprana hasta la adulta.

Otra de mis funciones principales es que todas las partes implicadas de APANATE sean atendidas: las familias, las personas con autismo, los trabajadores y los voluntarios. Necesitamos que la comunidad conozca este Trastorno, ya que nuestra misión más importante es la inclusión de las personas con autismo en la sociedad.

Me preocupa que cada persona de APANATE esté satisfecha. En la última encuesta de satisfacción que pasamos a las familias mostraron una necesidad de tener más apoyos (respiros y apoyos puntuales), y mayor número de actividades de ocio, y en este sentido estamos trabajando para poder mejorar. Si algún trabajador/a que está desmotivado o triste es mi responsabilidad buscar alternativas para que mejore esa situación.

¿Cómo ha sido la experiencia hasta ahora?

Cuando comencé a trabajar aquí no fue fácil. No entré directamente en gerencia, fui haciendo muchas otras tareas antes. No me conocían y había que ir generando un vínculo, además de que la entidad estaba pasando por un momento complicado. De manera progresiva se fue generando una sinergia con la Junta Directiva y con los equipos de trabajo, cada vez a mejor.

En la actualidad me enamora mi trabajo. El puesto que yo represento implica una dedicación de 24 horas, 7 días a la semana, pero no es algo que me repercuta negativamente. A veces tengo que poner límites porque soy madre y tengo que dedicar tiempo a mi vida, pero que me enamora mi trabajo es un hecho, y no siempre me he sentido así en otros momentos de mi vida laboral. Me parece precioso, y es que en APANATE he ido encontrando un hueco y formando un equipo con el que me siento apoyada, querida y valorada, y donde la lucha para generar servicios que apoyen a las personas con TEA es mi meta diaria.

Lógicamente no todo es buen rollo siempre, también pasamos por situaciones que no son fáciles. La pandemia, por ejemplo, ha sido un auténtico reto.

¿Qué te gusta hacer fuera de APANATE?

Lo que hago casi todo el tiempo es estar con mi familia. Tengo 2 hijos y una pareja con la que comparto la vida. Busco mi equilibrio para dedicar tiempo a ellos. Salimos a comer, quedamos con amigos que también tienen hijos, y así ellos también lo pasan bien. Me encanta la comida, me encanta el sushi, el marisco, tomar cañas, la carne…

Me gusta hacer deporte. Solía hacer mucho running, y ahora intento 2 veces por semana entrenar. Me encanta ir a la playa, y si puedo, que no es muy frecuente, me gusta ir sola. También me encanta salir a comer con mis mejores amigas, pasar tiempo juntas… Y me encanta bailar.

Yo soy muy juerguista, si salimos me quito el traje de gestora en seguida y me lo paso bien. El COVID ha limitado mucho esto, y creo que esos momentos también son importantes.

¿Cómo ha sido este año 2021?

Ha ido bien. APANATE es una entidad viva, y como entidad viva siempre hay cambios. El COVID ha continuado con nosotros, no ha sido como 2020, pero ha sido difícil igualmente. Como entidad hemos luchado y trabajado por poder mantener abiertos todos los servicios, tomando todas las medidas necesarias.

Me gustaría resaltar además que hemos crecido, que hemos podido ofrecer más servicios a más personas, y creo que hemos conseguido enfocarnos en la participación y atención de toda la comunidad APANATE. El equipo no es solo la Junta y los responsables, el equipo es todo, y este año ha mejorado mucho la participación de las personas. Estoy muy contenta y en 2022 me gustaría que este logro fuera a más.

Estamos inmersos en la mejora de calidad constante, estamos certificados en la norma ISO 9001 y contamos con una consultoría que nos ayuda a mejorar nuestros procesos.

¿Alguna anécdota?

Yo no llevaba mucho tiempo trabajando por aquel entonces, y dos personas de APANATE que son pareja, vinieron, cerraron mi puerta, y me dijeron: “Tenemos que hablar contigo”.

¡Yo me asusté, claro, y me pregunté qué había pasado! Entonces me llegaron y me dijeron que «estaban embarazados». Me hizo un montón de ilusión que sin llevar mucho en la entidad tuvieran la confianza y quisieran compartir algo así conmigo.

¿Te gustaría comentar algo más?

En un puesto como el mío es difícil estar satisfecho, esto es un poco de lo que me doy cuenta. A pesar de todos los servicios y demás, APANATE no lo puede abarcar todo, y cuando caigo y soy consciente y reviso las listas de espera, me genera frustración por no poder llegar a las necesidades de todos/as/es. Y a su vez también me veo muy feliz de ver todo lo que hemos conseguido. Feliz de lo logrado, pero sin olvidar todas las personas que tenemos que ayudar aun y cuánto nos queda todavía para seguir dando apoyo.

A la sociedad le queda muchísimo por avanzar sobre el tema, el TEA se conoce poco. Falta mucho todavía por sensibilizar, muchísimo, en áreas muy básicas desde la atención primaria o educación.

En 2021 hemos mejorado un montón el número de evaluaciones y diagnósticos. Esto ha ayudado a personas de todas las edades, desde muy pequeños hasta adultos que estaban desorientados sin saber qué les pasaba. La dificultad es que una vez diagnosticados no tenemos cómo atenderles. APANATE no lo puede cubrir todo. Sin la Administración Pública detrás poniendo una solución a esto, para nosotros es imposible. Como entidad hemos crecido, pero necesitamos un soporte estable para atender todo esto.